A veces no es nada justo como se reparte la suerte.

Veo mucho potencial, pero está desperdiciado.
Toda una generación trabajando en las gasolineras, sirviendo mesas,
o siendo esclavos oficinistas. La publicidad nos hace desear coches y ropas,
tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos.
Somos los hijos malditos de la historia, desapaigados y sin objetivos.
No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión, nuestra guerra es la
guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida.